Me llamo Ana, y voy a intentar explicar por escrito lo que sucede en mí, desde la tranquilidad de la escritura que me permite hablar de todo más relajada y sin alterarme.
Si tuviese que definirme a día de hoy diría sin temor a equivocarme que soy una persona total y absolutamente perdida, sin dominio alguno de sus emociones y con mucho miedo a explotar. Miedo es una palabra que se ha convertido en un sentimiento que vive conmigo, siento miedo al futuro.
Pero quiero partir de la premisa que la enfermedad que padezco, Síndrome de Sudek, es la que provoca que haya terminado en el estado depresivo y ansioso actual y no al contrario; usando como arma el dolor constante y el insomnio que a su vez me provoca este, que sinceramente creo que no hay mente que lo resista.
Durante tres años he luchado física, anímica y psicológicamente con todas mis fuerzas y lo digo honestamente; pero levantarte todos los días sin excepción agotada física y mentalmente ya no es buena forma de empezar el día y ante eso no puedo hacer nada. Si a esto añadimos que la enfermedad y sus tratamientos han hecho más mella en mi cuerpo, sumando efectos secundarios hormonales, neurológicos, cervicales, mandibulares, contracturales de todo el tronco superior derecho y espalda, dentarios y ya por último cada día me provoca más dolor caminar en la pierna derecha. Progresivamente me voy sintiendo peor físicamente y me dificulta más la normalidad del día a día.
La verdad es que toda esta mala evolución, a pesar de mí lucha diaria durante mucho tiempo, me ha conducido a tal agotamiento que me da lo mismo ¡arre, que so!, porque no sé qué metas o soluciones aplicar a esto. Por eso la verdad es que hoy me da igual que se caiga el mundo, o que siga de pie. Esta es la realidad de lo que siento.
El sentirme una enferma en solitario con esta enfermedad, sin tener asociación a la que acogerme, donde sentirme algo más arropada y comprendida también aumenta el peso de mi mochila.
Por lo demás, el tema jurídico y económico en el que me encuentro actualmente se que me está metiendo mucha presión nerviosa y que me altera y que quedan unos meses duros en este sentido, pero tengo confianza en que esto terminará en buen puerto y esa presión desaparecerá, pero con todo lo demás no sé que hacer.
Y vaya trabajito me ha costado escribir toda esta perorata con la mano izquierda. ¡Puff!.